Anarquía en movimiento: EL JUEGO
“Una sucesión de comportamientos repetidos de forma incompleta que difiere de las versiones serias estructurales, contextuales u ontogenéticas, iniciados voluntariamente cuando el animal está en un ambiente de relax o bajo estrés.”
— Burghardt (2005), The Genesis of Animal Play: Testing the Limits
El perro, ese compañero que a veces parece un filósofo callejero y otras, un espíritu rebelde sin causa, tiene una relación única con el mundo que lo rodea. Entre todas sus expresiones, el caos del juego canino es una de las más intrigantes. Siguiendo las palabras de Burghardt (2005), podríamos decir que el juego no es simplemente una secuencia aleatoria de movimientos; es un acto de rebeldía controlada, un “esto no va en serio” que desafía las reglas de lo cotidiano. Pero, ¿qué significa realmente el juego en los perros? Aquí dejo una reflexión que, como una conversación entre amigos, puede parecer ligera pero trata de llegar al fondo de las cosas, porque entender el juego de los perros es también descubrir un poco más sobre nosotros mismos.
Los Riffs del Juego: MARS
MARS no es una banda punk, aunque bien podría serlo. En el contexto del juego canino, es el acrónimo de los cuatro elementos clave que definen una verdadera interacción lúdica. Estos pilares son tan anárquicos como ordenados:
Meta-Comunicación: El perro siempre avisa: “Esto no es real, no te preocupes.”
El lenguaje canino tiene su propio código para marcar el inicio del caos. Una mirada a otro perro, el uso de las patas, el play bow, la monta o incluso vocalizaciones que podriamos decir "parecen risas perrunas". Con estas y otras señales, los perros dejan claro que lo que viene no es pelea, sino diversión. Aquí está la magia: un aviso que rompe las tensiones y abre paso al desmadre controlado.Activity Shifts (Cambios de actividad): Nada sigue un guion lógico.
De repente, un perro que parece un depredador nato se convierte en un cachorro torpe que corre en zigzag o persigue una hoja. Estos cambios abruptos rompen la rutina y añaden un toque de surrealismo a su interacción.Role Reversal (Intercambio de roles): La anarquía también tiene reglas.
El fuerte se vuelve débil. El juego es el desarrollo de una interacción aunque no lo parezca equilibrada, los roles se intercambian constantemente, recordando que el objetivo es disfrutar.Self-Handicapping (Autolimitación): Frenar el instinto para que fluya la diversión.
El perro grande que suaviza su mordida frente a un cachorro o el más pesado que se deja derribar demuestra un autocontrol que crea un espacio seguro para el otro. Este gesto es pura empatía en movimiento.
Características del Juego: Donde el Caos y la Estructura se Besan
El juego canino no es perfecto, y en esa imperfección reside su magia. Está lleno de movimientos exagerados, como saltos teatrales que rozan lo ridículo, y conductas incompletas, donde las persecuciones no tienen un desenlace claro, las mordidas son suaves y las peleas, todo menos serias. Los patrones de comportamiento son repetitivos y desordenados, como riffs de guitarra en una canción de rebeldía, variando de forma impredecible con cada interacción. Además, los perros incorporan objetos sustitutos en su dinámica: un palo puede transformarse en una espada, una pelota en un trofeo, demostrando que todo puede ser un símbolo en su universo lúdico.
Pero quizá lo más fascinante es la ausencia de seriedad; aquí no hay ganadores ni perdedores, solo el placer como protagonista absoluto. Esa falta de propósito aparente es precisamente lo que hace al juego tan auténtico y esencial. No es un entrenamiento, ni una pelea simulada, ni un espectáculo. Es, simplemente, un acto de ser en su forma más pura y libre.
La Regla 50/50 y el Aprendizaje de Límites
Aunque el juego es libre, también tiene límites que se aprenden sobre la marcha. La famosa “regla 50/50” establece que, aproximadamente, cada perro tiene las mismas oportunidades de dominar y ser dominado. Pero ojo: no siempre hay una simetría perfecta, especialmente cuando los perros no se conocen bien.
En estas dinámicas, los perros descubren dónde terminan ellos y dónde comienza el otro. Si fuéramos lo suficientemente meticulosos, podríamos analizar cuántos comportamientos ofensivos o defensivos utiliza cada uno y veríamos que suelen alcanzar un equilibrio sorprendente.
El aprendizaje social a través del juego enseña sobre empatía, límites y cooperación. Un mordisco mal calculado puede cortar la diversión, pero también ser una lección valiosa. Aquí es donde los perros aprenden que no todos están listos para el caos en la misma medida.
Cuando el Juego No Es del Todo Juego
No todo lo que parece juego lo es. A veces, las interacciones tienen una tensión subyacente, un “esto no está del todo bien, pero tampoco es un desastre”. En estas zonas grises, los perros exploran los límites entre la cooperación y la confrontación. Estos momentos son tan cruciales como el juego puro porque enseñan a navegar las complejidades de las relaciones sociales.
Una idea Final: La Rebeldía del Juego
El juego canino es una rebelión contra la seriedad, una celebración de lo absurdo y lo espontáneo. Pero también es una herramienta poderosa para aprender a ser, tanto en comunidad como en individualidad. Al observar cómo los perros se entregan al juego con todo su ser, quizá deberíamos preguntarnos: ¿cuánto espacio dejamos para el juego en nuestras propias vidas?
Ser rebelde es desafiar el orden establecido. Jugar es, en esencia, el acto más transgresor de todos.
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