¿Aburrimiento vs calma?
¿Por qué tenemos tanto horror al aburrimiento? Estamos tan acostumbrados a medir nuestro bienestar (el de los humanos) en función de la cantidad de cosas que hacemos o podemos realizar en el transcurso de 24 horas, semanas, meses o años, que al ver a nuestros perros en calma, pensamos que están aburridos (lo cual resultaría muy subjetivo), nos preocupa y nos pica el bichito de la necesidad de ponerlos a hacer algo, porque de lo contrario pueden estresarse (como si el estrés fuera algo malo).
Al menos, ¿sabremos qué es el aburrimiento? Pareciera que es un lujo de pocos, cuando en realidad es la fijación en un estímulo excesivamente porque no se ha logrado resolver situaciones del entorno cercano. Entonces, ¿hacer cosas para mantenerse ocupado no sería eso aburrimiento?
Quizás todo nuestro actuar es por miedo a no saber estar en calma, porque nosotros, los humanos, no logramos romper con las rutinas que tenemos aprendidas y que nos dan seguridad. ¿No sería miedo a salir de la zona de confort, o inseguridad a desestructurarnos y dar lugar al azar, a la elección y a la resolución diaria de nuevos problemas? Al final, eso es lo que trasladamos a nuestro compañero perruno.
Porque en realidad, nosotros como humanos, no aseguramos nuestra zona de calma, no estamos realmente tranquilos. Es duro pero real. Podremos tener muchas habilidades, pero ¿es eso lo que realmente necesitamos? Lo mismo se me viene a la mente al ver tantas personas preocupadas por enseñar cosas a sus perros para que se porten bien, pero ¿es realmente lo que el perro está necesitando?
Nos olvidamos de que el perro es un ser con etapas. Posiblemente ni las conocemos, pensamos que después de los 4 meses está listo para enfrentar la vida y no le brindamos las oportunidades adecuadas que no superen su posibilidad de resolución; todo lo contrario, obstruimos su aprendizaje.
Hacemos una mala lectura y seguimos metiendo el palo en la rueda, lo cual es muy peligroso. Es como cortar al perro en pedacitos y no ayudarlo a que se arme.
Se trata más de observar desde lo profundo, desde la base misma de todo, la propia esencia de la vida misma. No podemos pretender entender a otras especies si ni siquiera nos observamos a nosotros mismos.
Hay mucha empatía, pero lo controlo todo porque así no me salgo de mi zona de confort...
Confort... Si el perro cumple mis expectativas, está feliz... ¡cuánta mentira, por Dios! Es necesario romper con las rutinas. Nos hará más flexibles, más humanos, pero siempre recordemos tener asegurada la zona, la calma.
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